:)

así de cierto.

magia esporádica.

Cuando menos, sale todo. abres la puerta y entra luz que aprieta la cara. tu dedo de porcelana atado a una mano que se desliza por entre mis costuras. una mano que, sutil, lo quiere saber todo. una mano que husmea sin preguntar, aprieta con fuerza mi pecho. contigo no duermo, sólo respiro y cuento historias. pregunta que pregunta, vamos entendiéndolo todo. sintiendo infinitos colores nos abrazamos como si la noche fuera a esconder nuestros secretos. tengo todo que contarte, cuando nací y me tropecé, cuando creía que era y luego resultó ser que no, cuando intentaba imitar a la gente mayor, tengo historias que darte pero prométeme tiempo pausado. paremos el reloj un rato que en nada te vas y el vacío querrá entrar en casa.

¿Sindicatos sí o sindicatos no?

Sindicatos sí o sindicatos no ha sido el motivo del debate que hemos tenido hoy en la asignatura de recursos humanos. Y me ha hecho pensar. 

Curioso que la mitad de la clase se sentía en contra y la otra a favor. Que yo he tenido que pensar un rato, hondo, largo, para darme cuenta que una sociedad sin la figura de los sindicatos puede dejar a los empleados en extrema vulnerabilidad y darme a los empresarios excesivo poder. 

Curioso también que en mi empresa, varias veces he pensado que los sindicatos no hacen bien su trabajo. Sin embargo, repito, me he postulado a favor. ¿Por qué?

Mi argumento principal tiene que ver con la naturaleza subjetiva de la distribución de la riqueza en una compañía. Ahora os explico.

Cuando una empresa genera ingresos con su actividad, esos ingresos son distribuidos entre los empleados (mediante salarios o «bonus»), entre proveedores, una gran parte va para el gobierno. En algunas ocasiones el dinero se distribuye en forma de dividendos para los accionistas o reinvertidos en la empresa para que ésta crezca. Varias decisiones se toman para distribuir toda esta riqueza, y estas decisiones, están sujetas a criterios más o menos técnicos, pero también extremadamente subjetivos. Subjetivos y desde la perspectiva de los que gobiernas, ya sea el CEO, el CFO o el propietario(s). 

Por este motivo, considero importante que los empleados cuenten con un organismo que pueda defender sus intereses, que pueda servir de contrapunto a las decisiones tomadas desde una perspectiva alejada.

Ahora bien, ¿deberíamos rediseñar la figura de los sindicatos? Es una cuestión extremadamente importante.  

 

 

un año cociéndose magia.

una año intentando que esto sonara. un año peleándome en bajito con mi compi de melodía, que si el puente éste suena too darkie o si suena too pipie «pedazo de comercial que soy». un año cociéndose a fuego lento con vocación de salir algo bonito. hoy hemos visitado al ingeniero, al sabio que toca bien la pianola digital. le hemos dicho, susurrando, que esto está a punto de salir del horno y que él tiene que dar el pequeño empujón. 

un año…

pero te cuento que por fin creo que lo tenemos. y no sabemos muy bien qué. lo que sí sé es que tenemos una amistad que no la rompe nadie. 

Construir palacios bonitos

Hubo un tiempo en que gastaba el rato escribiendo. Me gustaba el sonido de mis dedos al apretar las teclas del portátil. Me gustaba el silencio y el piti en la mano. Me gustaba el vino en mis labios y esa mirada perdida de quién está componiendo un discurso. Me gustaba construir frases con sentido sólo para mi y que nadie más las entendiera. Me gustaba encontrar adjetivos sutiles, hermosos, llenos.

Luego el tiempo se puso firme y los minutos apretaron a las horas. Vino el nuevo trabajo, un reto encima de otro, el iese, las prisas, el poder, el esfuerzo, incluso de lo orgánico al cigarrillo eléctrico, y la guitarra se quedo aparcada, las letras opacas callaron, y de vivir amor que mata a una calma chicha de aquí te espero….

Quiero retomar lo que antes hacía con la palabra porque la prisa no debería ser excusa para dejar de construir palacios bonitos.

¿Por qué no se utiliza la tecnología en política?

si nuestro gobierno mereciera la confianza de los ciudadanos, si actuara como una empresa profesional y social con poco ánimo de lucro, entonces probablemente, acogería la idea que acabo de lanzarle al mundo.

propongo una aplicación de smartphone, de esas que te bajas gratuitamente a través de apple store. Una cosa tremendamente sencilla, pero exageradamente útil. Una aplicación similar a la que usan en retail, dónde el ciudadano podría conocer a tiempo real la recaudación de, por ejemplo, las multas de tráfico. ¿Qué se está recaudando? Conocer esos ingresos nos permitiría calibrar las imprudencias. Esa misma aplicación nos permitiría, además, saber a qué se destina ese dinero y hacer propuestas de mejora. Las más votadas, podrían incluso llegar a implementarse.

¿Por qué no somos dueños de nuestro dinero? ¿Por qué no podemos actuar como un consejo de administración serio de una empresa convencional? Exista le tecnología para hacerlo, ¿por qué no se aplica en política y sí en el resto de tejido empresarial?

Generación perdida.

hay un cierto malestar corporal y mental entre la gente. los amigos se juntan, no para conversar de temas mundanos y felices, sino para hablar del futuro, de la aversión al mundo, del desplome económico y social, del odio a nuestros líderes, de la tragedia de nuestra generación,…nadie encuentre referentes, no hay ídolos. nadie idealiza. ni Obama, ni Gaga, ni el director de Greenpeace encuentran el mensaje que inspire a la gente. y la gente, te digo, no vive del todo feliz.

de mis amigos, nadie consigue emanciparse de verdad. nadie tiene autonomía económica para vivir de lo que produce. pocos son los que tienen un trabajo estable, y esa cifra se reduce aún más si hablamos de los que tienen un trabajo que les llene. muchos son los que trabajan en cosas que nada tienen que ver con lo que han estudiado. suertudos ellos, que han sabido cambiarse a tiempo. otros están emprendiendo. hay más que nunca proyectos creativos entre mis amigos. la gente dura poco en sus trabajos por una falta total de pertenencia. nos cuesta encontrar el espacio que nos genere bienestar y nos pasamos el día de un lado a otro, corriendo por si la prisa pudiera calmar nuestro vacío.

tenemos derecho a opinar y enfadarnos, a criticar situaciones injustas, pero el derecho no siempre es sólo lo bueno, no es sólo la libre expresión y punto. si al mundo le pones un mensaje negativo, tienes la responsabilidad de ponerle al lado una solución. la vida no está así de hecha polvo por culpa de Rajoy, ni ZP, ni Bush, está así porque así la hemos construido, entre todos: complicada, absurda, mecánica, retorcida. los abogados con sus leyes y sentencias, siempre buscando el camino para ganar; los economistas con sus productos inútiles de dinero rápido, con el único objetivo de mover líquido en forma de lotería; los políticos por vender mentiras con el único objetivo de ganar su campaña; el ciudadano por permitir tonterías, por ser demasiado analfabeto para que se lo tomen en serio. ¿quién de nosotros realmente se rompe el seso por mejorar lo presente?

nadie.
nadie.
¿hola?

…

yo azul.

azul es un color que, según algunos padres poco modernos, no sienta bien a las niñas. las prefieren de rosa pues pinta mejor a las mujeres. son bobadas, como muchas otras que te cuentan en el cole. bobadas de una sociedad influenciada exceso por la religión. con esta historia, que nos cuenta en bajito ‘chuchi’, vestida entera de azul, iniciamos el camino hacia arte en clave de sol. tenemos claro cómo queremos sonar pero con algún que otro tropiezo. sé que tengo una hermana musical que me llovió un día del cielo, así medio india pero con tez de tiza. sé que sonará esto demasiado bien conforme expresamos melodías. tu voz y la mía se entienden, querida. no tenemos un pijo idea de guitarra, tú ni siquiera conoces el nombre de las notas. mi piano suena regular si lo pongo en solitario. el tiempo nos pisa los talones.»chuchi», que inició esta historia, se quiere bajar en la siguiente estación. que se bajen unos, que otros suban, pero esto no va a cesar. tu alma estará siempre aquí. azul es todo aquel que huela a azul.

azul me veo, se me cierran los ojos, empiezo a soñar, que sueño tengo, tengo que ir, mañana, a buscarme la vida en hostelería.

 

me autoengañaba, nunca quise mentir.

qué diferencia una mentira de un autoengaño, pienso en alto mientras bebo refesco tóxico.

la primera es moralmente incorrecta. está producida a conciencia y  pretende engañar al prójimo. separa ésta a las personas en dos grupos: ‘los que mienten’ y ‘los que no mienten’, y quién se mete en el cajón de las mentiras, muy difícilmente sale de él. discursaba así mi padre en la primera charla moral que recuerdo, cuando intentaba yo, con una mentira, llegar a un objetivo de excesa avaricia individual. era demasiado niña, retaco más bien diría, y apenas entendía la mitad del vocablo que empleaba. pero comprendía perfectamente la gravedad del asunto.

 y con esa ansia por decir verdades, fruto de mi miedo por acabar en aquel cajón,  me encuentro a mis 27 años desvelando el mayor engaño de mi vida. y ahi es dónde me cerciono de la palabra autoengaño. no tiene nada que ver con la moral, sino con el poder de nuestra subconsciencia de correr un fino velo a una realidado que podría herirnos.

no he sido mentirosa, mundo, simplemente me autoengañaba.

querer es el verbo más gustoso del mundo.